Revista Científica Ciencia y Tecnología. Vol 17 No 14, 2017 / págs. 1 - 13
Los modelos instruccionales toman en cuenta en su desarrollo componentes del
proceso enseñanza aprendizaje, la institución, el profesor, el estudiante, el material
educativo y el ambiente de aprendizaje que interactúan de manera integral para
lograr los objetivos de la instrucción, esperando que los resultados educativos
logren enfatizar los objetivos cognitivos o bien las competencias, desde los
procesos tales como el conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y
evaluación, así como habilidades para el siglo XXI (Onrubia, 2016).
La clasificación de los componentes básicos que conforman un aula o clase virtual
son planificación, consulta, comunicación y seguimiento (Barberá, 2008), por lo
tanto, un curso virtual debe tener objetivos de aprendizaje, un plan de actividades
que conduzca a su logro y una evaluación que permita acreditar las habilidades o
competencias que se han adquirido, además, un curso virtual es masivo por lo que
el número de participantes es ilimitado, al ser on-line su actividad se desarrolla
principalmente en la red y es abierto por lo que los materiales son accesibles de
forma gratuita.
El e-learning y la metáfora pedagógica
Según Carrión, las metáforas consisten en usar un enunciado con un significado
diferente en un contexto distinto al del habitual (2009).
Según Alarcón, Diaz, Tag, Tagle, Ramos & Quintana (2014), las metáforas son una
fuente válida para la obtención de conocimientos sobre la enseñanza y el
aprendizaje, desde las perspectivas de diferentes actores del sistema educativo.
Para comprender esta relación, en un primer planteamiento se sugiere que existen
cuatro tipos de metáforas (Lakoff & Johnson, 2004):
• Estructurales: comprenden los casos en que un concepto está estructurado
metafóricamente en términos de otro.
• Orientaciones: organizan un sistema global de conceptos con relación a otro, la
mayoría de estas metáforas tienen que ver con la orientación espacial, arriba –
abajo, delante – atrás, dentro – fuera, central – periférico.
• Ontológicas: se entiende las experiencias en forma de objetos, sustancias,
fenómenos físicos, incluso nuestro propio cuerpo y por medio de la metáfora se
la trata como entidades.
• Metonímicas: es el uso de una entidad para referirse a otra, como los iconos
para representar objetos o funciones.
La metáfora es lenguaje indirecto, se relaciona con el hemisferio cerebral derecho
que es más intuitivo y global. El mismo funciona por asociación de ideas, así sean
absurdas o cómicas, con lo cual favorece el pensamiento lateral y la aparición de
opciones que parecían inexistentes para el pensamiento lógico. Se puede apelar
entonces a la metáfora como un recurso para hacer surgir soluciones y creaciones
(Ramos, 2010).
La metáfora es más que un elemento decorativo dentro de un contexto, tiene una
fuerte influencia en el mensaje que emite, puesto a que contribuye a la integración
de dos ideas distintitas para solventar una misma cuestión, en concordancia con la
clasificación sugerida se puede considerar que existen en principio dos tipos de
metáforas, una en función al aspecto personal y la otra relacionada con
determinado contenido. Según su contenido, se clasifican las metáforas con una gran
carga personal: Metáforas Sensoriales. Gustativas, visuales, táctiles, auditivas,
metáfora natural o espontánea (Carrion, 2009).
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Revista Ciencia & Tecnología
No. 14, 30 de abril de 2017
ISSN impreso: 1390 - 6321