Revista Científica Ciencia y Tecnología. Vol 17 No 16, 2017 / págs. 137 - 149
material, imagen mental, imagen de empresa, imagen de marca, imagen corporativa
e imagen global. Otros autores mencionan a la imagen depositada, la imagen
deseada y la imagen difundida y concretan tres extensiones: la autoimagen, la
imagen intencional y la imagen pública. (Villafañe, 2002).
A finales de los años ochenta surgió la convergencia entre múltiples disciplinas para
estudiar la imagen partiendo desde la filosofía, las ciencias políticas, la psicología y
los medios de comunicación. En la actualidad se implementa la neurociencia dentro
de la política, la cual consiste en localizar zonas cerebrales que se activan con la
percepción de la imagen, la misma surge como una forma de comunicación
aprehensiva y que sirve para captar objetos (Mc Phail Fanger, 2014).
Construcción y Percepción de la Imagen Política
Denominamos percepción a la forma en que captamos la realidad que nos rodea
encerrando las experiencias sensoriales de las personas. Existe cierta distinción entre
la percepción la cual se vincula a los objetos, mientras que la sensación es una
experiencia subjetiva asociada a los sentidos. Los individuos pueden tener diversas
formas de percepción frente a un estímulo, por tal motivo los mercadólogos se
esmeran por comunicar sus mensajes de forma constante y que conecte directamente
con el receptor (Ponce, Besanilla, & Rodríguez, 2012).
Cuando hablamos de “imagen” en marketing político engloba su discurso,
personalidad y sobre todo su ideología, es decir, toda la campaña política. La imagen
que proyecte un candidato deberá ser creíble y fomentar confianza para genera
respeto de sus contendientes electorales y convencer a su público elector con sus
propuestas de gobierno. Todo esto debe se debe abarcar dentro de la comunicación
política del candidato (Richard, 2008). La imagen que proyecta un político, un partido
o un gobierno; contribuye al posicionamiento en la mente de su elector. La constante
comunicación en diferentes medios de información permitirá a los ciudadanos sentirse
representados y beneficia a los líderes quienes aseguran su contante vigencia dentro
del escenario político.
La imagen simboliza la estrategia principal de comunicación, la misma se utiliza en
todas las fases de las campañas resaltando la vigencia política, personalidad,
profesión, atributos, carisma, compromiso y fortalezas que debería mostrar un
político a su público. Formular palabras de clemencia construye la imagen como un
proceso subjetivo que conecta con la empatía de su público; el uso de afiches,
volantes y trípticos se convierten en el eje central de las campañas los cuales
permiten especificar partes de la imagen que debería destacar un político y establecer
mecanismos de comunicación global para captar a sus votantes potenciales. La
personalización se fundamente en la imagen, la cual debe impactar a la opinión
pública; el argumento político y las cualidades del candidato constituyen la imagen
personal la cual se convierte en el símbolo y el mensaje dentro de la comunicación
electoral (Orejuela, 2009).
Para la correcta construcción de la imagen pública se debe estudiar al mercado al que
va dirigido el programa político, hay que tomar en cuenta el entorno, la región, la
población, el tipo de vestimenta, tradiciones, estilo de vida, factores personales,
edad, cultura y la religión para asegurar la aceptación inmediata con la imagen que
proyecta; es imperativo plasmar una
imagen política alejado de la superficialidad,
caprichos, vanidad y frivolidad (Ponce, Besanilla, & Rodríguez, 2012).
II Jornada de Investigación
Universidad Tecnológica
Empresarial de Guayaquil
&
Revista Ciencia & Tecnología
No. 16, 31 de octubre de 2017
ISSN impreso: 1390 - 6321