í
í
a. Vol 18 No 19, 2018 / págs. 13 - 23
actitudes y valores en los estudiantes vinculados a las normas de la institución y la
sociedad” (Ojalvo, 2005, p. 17). Comprensión teórica y precisión científica del tema.
El rol tutorial implica haber logrado determinado nivel de competencias.
Competencia cultural del conocimiento, donde el profesor domina la asignatura que
imparte y tiene conocimientos vinculados con el campo de la especialización donde
proporciona tales informaciones académicas. Manejar la competencia pedagógica,
utilizando con certeza la didáctica para transmitir conocimientos y promover
competencias, actitudes y valores. Significativa competencia de investigación,
relacionada con la búsqueda, la curiosidad científica, la profundización de los
conocimientos, la motivación por el descubrimiento, la ampliación coherente y
objetiva de la información, la capacidad recreativa y dinámica de adquirir el
conocimiento, así como la adecuada utilización de la tecnología para la actualización
de todo tipo de informaciones. Por consecuencia, también está la competencia
tecnológica, con el uso adecuado de herramientas, recursos y lenguajes
informáticos, digitales, audiovisuales. Fundamentalmente, la competencia
axiológica personal, que implica ser una persona asertiva con inteligencia
emocional, autoestima, empatía, adecuadas relaciones interpersonales, buenas
intenciones, honestidad y rigor científico a toda prueba.
Así mismo, para González Maura (2006), “el tutor juega un papel importante en el
proyecto educativo, ya que apoya a los alumnos en actitudes, como las de crear en
ellos la necesidad de capacitarse, de explorar aptitudes; de mejorar su aprendizaje y
tomar conciencia, de manera responsable, de su futuro. La tarea del tutor,
entonces, consiste en estimular las capacidades y procesos de pensamiento, de
toma de decisiones y de resolución de problemas. Para ello, la tutoría debe
ofrecerse a lo largo de los diferentes niveles de la universidad; vincular a las
diversas instancias y personas que participan en el proceso educativo; atender a las
características particulares de cada alumno; darse en términos de elevada
confidencialidad y respeto; y, buscar que el alumno se responsabilice de su propio
proceso de aprendizaje mediante la toma de conciencia de su libertad y de su
compromiso con él y con los demás” (González Maura, 2006, p. 34). La tutoría
pretende orientar y dar seguimiento al desarrollo de los estudiantes, lo mismo que
apoyarles en los aspectos cognitivos y afectivos del aprendizaje.
Busca fomentar su capacidad crítica y creadora y su rendimiento académico, así
como perfeccionar su evolución social y personal. “Dar seguimiento al desarrollo
alcanzado por los alumnos, esto es llevar un registro de cada alumno tutorado,
motivar y dar retroalimentación de los avances alcanzados y animarlos a seguir con
su desarrollo personal, como académico como profesional” (Castro Cuesta, 2014, p.
126). La acción tutorial debe estar siempre atenta a la mejora de las circunstancias
del aprendizaje y de canalizar al estudiante a las instancias en las que pueda recibir
una atención especializada, con el propósito de resolver problemas que pueden
interferir en su crecimiento intelectual y emocional, hecho que implica la interacción
entre el tutor y el tutorado (Coriat Benarroch y Sanz Oro, 2009, p. 14).
&
Revista Ciencia & Tecnología
ISSN impreso: 1390 - 6321
No. 19, 31 de julio de 2018