Oviedo, Torres, Tubay, Pacheco. Sistema de monitoreo para la gestión del
consumo eléctrico empleando servicios en redes Ad-Hoc e loT
Métodos
Como se describe en el Balance Energético Nacional: históricamente, el sector
transporte tiene una participación del uso energético del 40% durante el periodo
2000 y 2015. El siguiente sector con mayor demanda energética ha sido la industria
con un 20%. Finalmente, en tercer lugar, el sector residencial donde el consumo
eléctrico se incrementó en un 54% entre los años 2005 y 2015, pasando de
933kWh/per cápita a 1.436kwh/per cápita (Ministerio Coordinador de Sectores
Estratégicos, 2016). Esto debe entenderse como un mejoramiento de las condiciones
de vida de los ecuatorianos, considerado un incremento del 90% en el consumo
eléctrico en ese periodo de tiempo. Mientras tanto, el consumo eléctrico per cápita
aumentó en 2% entre 2014 y 2015 (Medina, 2016).
Para el desarrollo económico y social el consumo de energía es un elemento
fundamental, que permite un estilo de vida más cómodo para el diario vivir, el
derroche desmesurado de energía eléctrica conlleva diversos inconvenientes; sobre
el ecosistema, recursos de energía no renovables e inseguridad del abastecimiento
energético por parte del estado, incremento del coste tarifarios de kWh para los
abonados. En la mayoría de las ocasiones el consumo eléctrico no se encuentra en
constante monitoreo por parte de los usuarios, solo prestándose a cancelar las tarifas
sin verificar los consumos.
Para la mayoría de países desarrollados el abastecimiento de energía domina un lugar
importante en la agenda política. Su importancia se vincula en sectores de comercio
y competitividad industrial, el confort de la población, el objetivo de reducción de
emisiones de efecto invernadero (GEI) y los beneficios de la seguridad de
abastecimiento energético.
Los servicios energéticos cubren una amplia demanda necesaria para el diario vivir
de las personas como son: confort (calefacción, aire acondicionado), iluminación,
transporte, refrigeración, tecnologías de información, comunicación, producción de
bienes y servicios, entre otros. La creciente demanda de estos recursos produce una
pérdida de los recursos primarios utilizados por el gobierno para proveer la energía
necesaria para satisfacer su demanda.
El desperdicio de energía es un problema que tiene dos causas principales: ineficacia
de las instalaciones eléctricas así como un uso irracional de la energía, consecuencia
de malos hábitos y acciones. Como ejemplo; una refrigeradora de 340 litros de
capacidad, fabricada en los años 90, consume 1.300 kWh/año, lo que representa un
costo aproximado de US $130 por año (con un costo del kWh de 10 centavos de
dólar). Una refrigeradora eficiente consume 400 kWh/año que, al mismo costo por
kWh, representa un costo de US $35 por año (Ministerio del Ambiente, 2010).
La tendencia mundial y de países industrializados como es el caso de los países que
conforman la Unión Europea es reducir la intensidad energética: como se puede
observar entre los años 1980 y 2012 reduciendo su consumo de 200 MTep/T USD a
120 MTep/T USD; mientras que los países en vía de desarrollo como es el caso de
América Latina y El Caribe (incluyendo Ecuador), en la década de los 80 con un 90
MTep/T USD venía en un crecimiento lento hasta estabilizarse en la década de los 90
&
Revista Ciencia & Tecnología
ISSN impreso: 1390 - 6321
No. 20, 31 de octubre de 2018