La competencia emprendedora. El desafío de la universidad
ecuatoriana: caso Universidad Técnica Estatal de Quevedo
Entrepreneurial competence. The challenge of the Ecuadorian
university: The Quevedo State Technical University case
Emma Yolanda Mendoza
1
emendoza@uteq.edu.ec
Jhon Alejandro Boza
1
jboza@uteq.edu.ec
Harold Elbert Escobar
1
hescobar@uteq.edu.ec
Diana Isabel Cadena
1
dcadena@uteq.edu.ec
Janet Franco
1
ffranco@uteq.edu.ec
Recibido: 1/07/2018, Aceptado: 1/09/2018
RESUMEN
La investigación de la competencia emprendedora en estudiantes de la Facultad Ciencias
Empresariales de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo, busca describir las fortalezas y
debilidades de este centro de estudios, con respecto a la potencialización de habilidades
emprendedoras del nuevo profesional orientado al triunfo en los negocios, requiere estar apto
para enfrentar los riesgos de la Economía. La ciencia ha demostrado cómo los emprendedores
pueden ser capaces de ver oportunidades de negocio donde nadie antes las identificó, y a
partir de allí, elaboran una estrategia que no solo conduce al desarrollo familiar sino también
comunitario. Para demostrar las diferentes hipótesis, se recurrió a un enfoque de investigación
cuali-cuantitativo, mediante la técnica de la encuesta a los alumnos de las carreras de ciencias
empresariales de la referida institución, esto permitió evidenciar por un lado que, las
estrategias trazadas por los docentes son insuficientes a pesar de que están conscientes de
las ventajas que ofrece extender el emprendimiento; y por otro lado se puede ver que la
aplicación de la ciencia en el desarrollo de los emprendimientos todavía es muy escasa,
reflejando así que la Universidad no está respondiendo a las necesidades y exigencias de la
sociedad actual, ni la de sus estudiantes, quienes deben estar preparados para enfrentar los
grandes retos del competitivo mundo empresarial; de ahí que la institución está llamada a
superar el viejo modelo educativo basado en transmitir conocimiento e incorporar experiencias
que permitan a los estudiantes progresar en el mundo real, inmersos en la vorágine de los
cambios tecnológicos y la globalización.
Palabras clave: competencia emprendedora, emprendimiento, universidad, neuromarketing,
ciencia
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Docentes de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo. Ecuador
Revista científica Ciencia y Tecnología Vol 18 No 20 págs. 1-12
http://cienciaytecnologia.uteg.edu.ec
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ABSTRACT
The research of entrepreneurial competition in students of the Faculty of Business Studies of
the State Technical University of Quevedo, aims to describe the strengths and weaknesses of
this center of higher studies, with respect to the potentialization of entrepreneurial skills of
the new professional oriented to success in business, requires being fit to face the risks of the
economy. Science has shown how entrepreneurs can be able to see business opportunities
where no one before identified them, and from there, develop a strategy that not only leads to
family development but also community and territorial, to demonstrate the different
hypotheses conceived, He resorted to a qualitative - quantitative research approach, with the
use of the survey technique to the students of the business studies of the aforementioned
institution, this methodology allowed to demonstrate on the one hand that the strategies drawn
up by teaching staff they are insufficient even though they are aware of the advantages offered
by extending the enterprise; and on the other hand it can be seen that the application of
science in the development of the enterprises is still very scarce, reflecting that the University
is not responding to the needs and demands of today's society, nor that of its students, who
must be prepared to face the big challenges of the competitive business world; hence, the
institution is called upon to overcome the old educational model based on the mere transmitter
of knowledge and to incorporate experiences that allow students to progress in the everyday
real world, immersed in the vortex of technological changes and globalization.
Keywords: entrepreneurial competition, entrepreneurship, university, neuromarketing,
science
Introducción
El sistema de globalización que envuelve al planeta y la incidencia de las tecnologías de
información y las comunicaciones en múltiples espacios laborales hacen que cada vez las
industrias requieran de menos mano de obra, que para acceder a determinados sectores sea
necesario un grado de experticia y especialización; de ahí que no sean pocos los pequeños
negocios que vienen a ser el sostén principal de la familia por la capacidad de crear empleos
a todos sus miembros.
De este contexto ha emergido un nuevo término que involucra las principales características
que se buscan en un profesional del siglo XXI: competencia emprendedora, definida como
aquellos conocimientos, habilidades y actitudes y valores, que se manifiesta en algunos sujetos
y que generalmente está asociado al progreso de una organización empresarial, la comunidad
o territorio. Es también aquella capacidad de aprovechar oportunidades lucrativas para el
dueño de negocio y, por otro lado, elevar la competitividad de la empresa con respecto a sus
semejantes. Pero no se nace con competencia emprendedora, esta gran capacidad de gestión
se origina de la preparación del sujeto en un medio que ofrezca las condiciones para ello.
La competencia emprendedora está asociada, sobre todo, al éxito empresarial, del cual se
hace dependiente el hombre, la sociedad, el Estado; por ello no es extraño que al interior de
los centros educacionales exista una demanda de profesionales con esta cualidad. En ese
sentido, la Universidad, por sus características y el rol social que debe cumplir podría proveer
de esas condiciones que indiscutiblemente tributan al desarrollo humano y al éxito
empresarial; sin embargo, a pesar de que los centros universitarios cuentan con personal
calificado para la preparación de emprendedores, todavía existen múltiples aspectos que
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limitan el cumplimiento de este objetivo.
Esta demanda no es solo mundial, sino que en las instituciones de Educación Superior de
América Latina se ha ido integrando en sus currículos contenidos que desarrollan específicas
habilidades y conocimientos para poder emprender un negocio, existen incluso plataformas
Online que hablan de la formación de emprendedores desde diferentes diseños: cursos de
grado, posgrados, talleres, programas de apoyo.
Por lo general, estos programas van dirigidos a motivar a los estudiantes de distintas carreras
a visualizarse como agentes de cambio en el ámbito productivo desde que egresan de las
Universidades; garantizar una formación integral que no solo le permite la especialización en
una materia sino aplicar los conocimientos de estas para la innovación y la búsqueda de
soluciones y resultados más efectivos en el mundo socio-productivo; asimismo, el énfasis en
desarrollar la competencia emprendedora responde a las necesidades de una sociedad cada
vez con menos posibilidades de que la pluralidad progrese.
A partir de estos objetivos, se ha generado espontáneamente la investigación en relación a
esta temática, de acuerdo con Carlsson et al. (2013), teniendo en cuenta diversas perspectivas
como la identificación de oportunidades para instaurar una empresa, el efecto de la innovación
y el emprendimiento en determinados negocios, las características de los nuevos
emprendedores.
También es común encontrar investigaciones específicamente sobre el liderazgo, como aquella
habilidad que le permite a los emprendedores motivar, persuadir y guiar a las personas que
forman parte de sus organizaciones para la consecución de los objetivos (Sopó, Salazar,
Guzmán y Vera, 2017, p. 24). De modo que la dinámica de la Universidad, como centro gestor
de proyectos investigativos, deviene uno de los centros que más ha generado preguntas y
respuestas sobre esta nueva capacidad del emprendimiento.
Por otro lado, una ciencia que ha venido a arrojar luces sobre los comportamientos humanos
cuando de diseño y gestión empresarial se trata, es la Neurociencias. Una de sus vertientes
de desarrollo diferente al ámbito de la medicina ha sido la publicidad y el marketing; por ello,
esta nueva tendencia asume el nombre de Neuromarketing.
La implementación del Neuromarketing ha superado las dudas de los empresarios en torno a
los usuarios o clientes de los negocios, y a partir de estos datos, el propio negociante ha
aprendido a conocer las potencialidades de su negocio y las suyas propias como duo,
administrador, productor.
Para Albano (2014), un emprendedor requiere de una alta capacidad de compromiso tanto
consigo mismo como con su empresa; la constancia es otra de las cualidades del
emprendedor; es decir, proponer a toda costa encaminar un proyecto empresarial; el empuje,
que se refiere a la promoción de iniciativas e innovaciones para llevar adelante un negocio; la
visión y la capacidad de liderazgo.
El uso de los conocimientos de los cuales provee el Neuromarketing en el sector empresarial
apenas comienza a desarrollarse en países desarrollados, de ahí la necesidad de estudiar un
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caso que sirva de ejemplo para describir cómo se manifiesta ese fenómeno de la búsqueda de
emprendedores en una región como América Latina, comenzando en uno de las instituciones
que debería ser una referencia para la aplicación de la ciencia en el ámbito social, esto es, la
Universidad.
Específicamente la investigación se ha promovido en estudiantes de Facultad Ciencias
Empresariales de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo, y estos resultados pueden servir
de referencia o base para la instrumentación de un currículo y una metodología que, desde la
Universidad, suponga la preparación de un emprendedor, con aquella capacidad para superar
obstáculos del entorno, carencias materiales, escaso financiamiento económico, competencia
con grandes empresas.
Desarrollo
Importancia del problema
La necesidad de generar la competencia emprendedora desde el contexto de la institución de
la Educación Superior, no responde solamente a una tendencia formativa del contexto
internacional, sino que está dada por la necesidad de que cada vez más personas promuevan
iniciativas laborales que reduzcan problemas sociales como es el desempleo, la pobreza, el
hambre, la desocupación.
La ciencia ha demostrado cómo los emprendedores pueden ser capaces de ver oportunidades
de negocio donde nadie antes las identificó, y partir de allí, elaboran una estrategia que no solo
conduce al desarrollo familiar sino también comunitario, territorial, pues ha aprendido a
enfrentar los obstáculos de la gran economía, posicionarse en el mercado, elevar las ventas,
esquivar las bajas que ofrece el comercio local e internacional.
De ahí la pertinencia de proyectar un estudio que describa cuáles son las deficiencias que
tienen la Universidad objeto de estudio a la hora de promover la competencia emprendedora
durante la implementación de los currículos; de manera que las debilidades puedan ser
rectificadas a tiempo y, finalmente, comenzar a preparar profesionales aptos integralmente
para enfrentar los riesgos de la Economía, una oportunidad que no debe perder la Universidad
en aras de que, a largo plazo, sus egresados beneficien con sus alternativas de producción y
empleo al país.
Materiales y métodos
Teniendo en cuenta que la exploración de la ciencia en torno a la formación de la competencia
emprendedora en las Universidades del Ecuador, y, específicamente en la Universidad Técnica
Estatal de Quevedo, resulta muy escasa, se requiere de la implementación de la encuesta, por
ser una técnica de investigación que permite valorar la mayor cantidad de datos en un corto
periodo de tiempo.
Es este sentido un enfoque cuantitativo permite describir habilidades y las competencias que
se desarrollan en las actividades estudiantiles con frecuencia; si en el desarrollo de clases se
ejecutan opciones para el fortalecimiento de las competencias genéricas y el progreso
emprendedor de los futuros profesionales; si se desarrollen técnicas para el trabajo en equipo;
la institución participa en el desarrollo emprendedor del profesional; en la carrera se incentivan
para las soluciones profesionales y empresariales de acuerdo a los constantes cambios en el
entorno; si existe alguna estrategia en la universidad, que de forma independiente a las
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materias, ayude en la formación de la competencia emprendedora; y en cuáles ámbito la
competencia emprendedora se aplica.
Resultados
El cuestionario que se aplicara a estudiantes de Facultad Ciencias Empresariales de la
Universidad Técnica Estatal de Quevedo”, permite conocer hasta qué punto las nuevas
tendencias de la gestión empresarial pueden incidir en la práctica docente y si el abordaje de
estos desafíos es tenido en cuenta por quienes tienen la responsabilidad de elaborar e impartir
los contenidos que deben competer a los futuros profesionales del sector productivo.
De acuerdo con las respuestas generadas por el estudiantado, entre las principales cualidades
que se estimulan frecuentemente a partir de las actividades estudiantiles se encuentra el
liderazgo, la creatividad y la innovación, la responsabilidad social (Ver Gráfico 1); sin embargo,
hay que tener en cuenta que entre las principales habilidades empresariales que deberán
formarme en el entorno universitario es precisamente la atención al cliente, lo cual no ha sido
mencionado entre las principales capacidades que debe presentar un emprendedor.
Gráfico 1. Competencias emprendedoras en los estudiantes que se desarrollan en
clase
Fuente: Encuesta aplicada a estudiantes de la Facultad Ciencias Empresariales de la Universidad
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Conocer al cliente, sus gustos, preferencias, percepción sobre las marcas, maneras de actuar
ante un producto, según los postulados del Neuromarketing, constituye el paso principal para
el éxito de cualquier negocio, pues más que la economía de la familia son las emociones del
cliente las que median las compras y son las compras las que mantienen vida en cualquiera
de las organizaciones empresariales que se dediquen a un servicio o comercio, que son por lo
general los pequeños negocios que mueven la economía ecuatoriana. Por tanto, esta
preparación no debe quedar pendiente en la enseñanza universitaria.
De acuerdo con estos alumnos objetos del estudio, el trabajo en equipo, la solidaridad y la
perseverancia constituyen los valores que más se desarrolla en el salón de clases; más que la
capacidad de relacionarse, el manejo de conflictos y la comunicación.
En relación con esto, amén de que los primeros aspectos resultan determinante para la
formación de un buen empresario, también la formación considera habilidades comunicativas
y manejo de conflictos, sobre todo porque el mundo del mercado está continuamente sujeto
a riesgos; y porque la comunicación resulta imprescindible para la gestión publicitaria y del
marketing, para lograr que el cliente se identifique con el producto.
La capacidad de planificación, el aprendizaje continuo; así como la toma de decisiones
constituyen otra de las habilidades que se adquieren en clase; ello significa que aspectos como
la visión estratégica y la capacidad de gestión son desatendidas por quienes imparten los
contenidos, algo que pone en riesgo la vida útil de una empresa pues siempre debe existir un
objetivo que supere los logros obtenidos, así como estrategias para alcanzarlo.
El desarrollo de clases favorece el fortalecimiento de competencias genéricas como el liderazgo
y la organización al cliente (Ver Gráfico 2), un elemento positivo si se tiene en cuenta la
importancia de contar con una persona que motive el accionar conjunto en la búsqueda de
eficiencia y eficacia empresarial.
Gráfico 2. Competencias genéricas que se desarrollan en clase
Fuente: Encuesta aplicada a estudiantes de la Facultad Ciencias Empresariales de la Universidad
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Entre los elementos más gratificantes que arroja el estudio se encuentra el hecho de que los
estudiantes dicen aplicar en su vida cotidiana las cualidades y valores que le son generadas
en clase como es la capacidad de trabajar en equipo;
Gráfico 3. Competencias que los estudiantes aplican en su diario vivir y ámbitos
donde las relacionan
Fuente: Encuesta aplicada a estudiantes de la Facultad Ciencias Empresariales de la Universidad
Técnica Estatal de Quevedo”, 2018
La educación precisamente debe responder a las necesidades y conflictos que pueden
enfrentar los seres humanos en la vida real; los docentes, en este sentido, no constituyen
meros transmisores de conocimiento, sino que, en la planificación y el abordaje de la clase, el
profesor debe lograr que sus estudiantes puedan aplicar sus saberes en la cotidianidad, esta
es la una forma de corroborar si la enseñanza está siendo efectiva.
Otro de los objetivos de la Educación, sobre todo de la universitaria, radica en identificar las
problemáticas y necesidades sociales, de manera que se forme a los futuros empresarial para
que resulten útiles a la hora de solucionar esos conflictos y carencias, hay que tener presente
que el futuro empresario debe estar consciente de su compromiso social, para elaborar un
producto o servicio que satisfaga las necesidades de determinada población a cambio de una
utilidad o beneficio económico.
En este sentido, se estimula el trabajo en equipo, un aspecto que los estudiantes consideran
elemental, genera en el futuro emprendedor valores como la solidaridad y la cooperación que
resultan imprescindibles para la gestión de una empresa, donde el capital humano es el
principal recurso para la producción.
La empresa necesita interiorizarse de las características de sus clientes y de las debilidades y
fortalezas de sus competidores; para luego, establecer un plan de acción que le permita
posicionarse, defenderse y abordar; esto genera un gran beneficio para los consumidores, ya
que encuentran calidad, mayor oferta y un mejor precio de los bienes y servicios por cumplir
plenamente las necesidades de las personas.
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El intercambio implica la participación de dos o más partes que ceden algo para obtener una
cosa a cambio, estos intercambios tienen que ser mutuamente beneficiosos entre la empresa
y el cliente, para construir una relación satisfactoria de largo plazo.
El colectivo de una empresa está integrado por diversos especialistas que ponen sus
conocimientos a disposición de un objetivo en común; sin embargo, no es extraño que de vez
en cuando este personal olvide cuál es la meta común y comience a trabajar por un beneficio
personal, poniendo en riesgo el futuro del proyecto empresarial o generando enemistad al
interior de la organización. Por ello, resulta provechoso que los alumnos reconozcan la
importancia del trabajo en equipo, las ventajas que ofrece para, en primer lugar, generar
condiciones para la comunicación útil entre todos los factores que intervienen en el proceso
de producción de una empresa, elevar la eficiencia y eficacia de los procesos productivos, y,
por último, incrementar las posibilidades del éxito en el menor tiempo posible.
Otro saldo negativo que arrojara la instrumentación de la encuesta es que existe una
percepción mayoritaria de que la institución universitaria no siempre aporta al desarrollo
emprendedor del profesional en formación (Ver Gráfico 4), ni se incentiva en la carrera
soluciones profesionales y empresariales de acuerdo a los constantes cambio del entorno,s
adelante se discuten las causas.
Gráfico 4. Elementos que el estudiante desea que la institución promueva con
mayor énfasis
Fuente: Encuesta aplicada a estudiantes de la Facultad Ciencias Empresariales de la Universidad Técnica
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La sociedad del conocimiento ha permitido que el sistema educacional no constituya la única
fuente de información de la cual se alimentan los estudiantes. Existen medios de comunicación,
el Internet e incluso experiencias vivenciales, pues muchos de los alumnos trabajan mientras
estudian o conocen por referencia de familiares y amigos cómo se desenvuelve el mercado
laboral. Todo ello le permite al alumnado a asegurar que la enseñanza que se le brinda en la
Universidad no es suficiente para desarrollar la competencia innovadora; de modo que esta
constituye una de las principales debilidades identificadas en el estudio.
En un mundo en constante transformación y que camina a un ritmo acelerado, lo que limita la
participación de todos en el desarrollo social y el económico. Las carencias en la formación
universitaria del perfil de los futuros empresarios generan otro dilema: el prescindir de un
personal apto para tomar riesgos, aprovechar oportunidades donde nadie ha podido, innovar,
solucionar los problemas del sector productivo, ampliar las posibilidades de empleo, gratificar
las necesidades de usuarios y clientes, generar ingresos a la familia y a la comunidad.
Discusión de resultados
“Aprender a emprender, es una responsabilidad a incorporar en los alumnos de las
universidades por parte de los profesores” (Albano, 2014, p. 103). La sentencia no es más
que el resultado de un largo camino transitado por el sistema educativo hacia la especialización
y la consolidación de un cúmulo de objetivos que tienen como principal recurso, el
conocimiento, para incidir y perfeccionar las habilidades y capacidades que en la edad adulta
encuentra el más fértil modo de aplicación en los diferentes ámbitos laborales.
Si bien en el centro educativo que es objeto de estudio, los docentes han intentado promover
entre los alumnos las competencias emprendedoras, los propios estudiantes reconocen que la
impartición de saberes y experiencias no han logrado fomentar del todo el entendimiento de
todo lo que implica ser un emprendedor, que según Dambra y Luchi (2005) supone adquirir
una cultura donde el liderazgo, democráticamente ejercido, genera un contexto favorable para
la creatividad y la innovación, la motivación por participar en la concreción de una meta en
común.
Es común que los profesores de los centros de Educación Superior crean que fomentar una
respuesta emprendedora en los desafíos económicos y financiera implica solamente la
impartición de los conocimientos sobre el sector productivo dado, pero la formación de
emprendedores requiere de un proceso más complejo, que va desde el fortalecimiento de la
inteligencia emocional que le permitan al estudiante comprometerse con el futuro de alguna
organización empresarial; hasta crear, desarrollar y consolidar un emprendimiento a partir de
la creatividad y la innovación.
Hacia el emprendimiento se vuelve toda mirada de las ciencias, sobre todo, entre los estudios
que se afanan por viabilizar el desarrollo humano se encuentra la aplicación de la ciencia
pedagógica y las neurociencias. En relación con lo primero, Delors (1996) plantea que la
función de la Educación debe implicar cuatro objetivos fundamentalmente: Aprender a
conocer; Aprender a hacer; Aprender a vivir juntos; Aprender a vivir con los demás; Aprender
a ser.
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Enseñar a conocer es lo mismo que incentivar la investigación, resolver las dudas y las
preguntas que suscita un mundo en continuo cambio, es otorgarles a los alumnos el
mecanismo para poder aprovechar las oportunidades y posibilidades del medio que le
circunda; enseñar a conocer es lograr en el estudiantado la capacidad de generar cambios en
su entorno de forma efectiva.
Enseñar a socializar se logra a través del establecimiento de una estructura y el espacio la
interrelación entre individuos comúnmente comprometidos con una tarea y con la oportunidad
del éxito; supone saber aprovechar las potencialidades de cada sujeto integrado en la
organización empresarial y saber explotar las ventajas de diferentes disciplinas y oficios;
requiere además de un líder, de lograr cierta independencia y buscar diferentes alternativas
para la solución de conflictos o riesgos que por lo general implica una empresa.
Enseñar a ser es mejorar las características de la personalidad y el carácter de los
emprendedores; según Albano (2014) es “utilizar en la educación todas las posibilidades de
cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitud para
comunicar” (p. 105).
Pero ello no se genera con sistemas educativos establecidos desde la formalidad, el
tradicionalismo, lo correctamente visto como transmisión de conocimiento, sino de activar
todas las habilidades de los estudiantes y haciéndoles partícipes de la construcción de un
conocimiento encaminado, no solo a garantizar un futuro próspero para sí mismo y también
para quienes le rodean en la comunidad.
Por la constante movilización de conocimientos que se genera dentro de ella, es en la
Universidad donde se establecen las mejores condiciones para incentivar el emprendimiento
desde la teoría y la práctica, en tanto el alumnado puede encontrar en esa institución el
contexto favorable para la experimentación, la investigación y el aprendizaje. La oferta de
programas de enseñanzas que contribuyen a la profesionalización y especialización en sectores
de la economía; la continua superación de los conocimientos y generar cambios a través de la
acción.
La formación de emprendedores, puede basarse en múltiples estrategias e incluso en los
resultados de estudios científicos, como hace la vertiente del neuromarketing, que ha
encontrado respuestas cada vez más certeras en torno a lo que piensa la gente, cómo percibe
el entorno, que le atrae del mercado, por qué se genera en ellos la fidelidad a determinados
productos y servicios. Esta información le será útil al futuro emprendedor a la hora de
garantizar las ventas y el acceso a determinados servicios, siempre que su deseo sea que el
negocio crezca.
Como expresara Calvo (2017), las pequeñas empresas, en general, “suelen ser las más
preocupadas por la calidad de la atención al cliente y la fidelización, pues su sustento depende
de tener relaciones duraderas con sus clientes” (p. 1).
El éxito de un negocio no solo depende de diseñar o elaborar el mejor producto o servicio, ni
tampoco de imponer el mejor precio o gestar la más atractiva estrategia publicitaria, sino que
significa conocer el negocio propio y las dinámicas de los competidores, la toma de decisiones
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para satisfacer las necesidades de trabajadores y, al mismo tiempo, del cliente; establecer la
innovación como filosofía de trabajo, así como mantener una visión y un liderazgo que
mantenga flote el proyecto empresarial.
Toca a la Universidad extender las fronteras de incidencia y proponer un futuro mejor para
egresados y la comunidad en la cual estarán insertados.
Conclusión
La Universidad carece de una estrategia encaminada a la formación de las competencias
emprendedoras en los estudiantes de carreras del perfil empresarial; sin embargo, la
interrelación con el ambiente ha permitido que los propios alumnos reconozcan las debilidades
del sistema educativo, por tanto, existe una consciencia para superar las deficiencias del
proceso de enseñanza y generar en ellos mismos las fortalezas para el emprendimiento.
El proceso de enseñanza aprendizaje debe constituir una respuesta a las necesidades de
una sociedad con varios problemas sociales como el desempleo, la pobreza, la desnutrición;
en la medida en que el individuo es capaz de construirse un futuro para sí mismo y para su
familia, las comunidades tienen mayores posibilidades de crecimiento económico y desarrollo
humano.
La promoción del emprendimiento empresarial desde la Universidad requiere de estrategias
metodológicas más atractivas, basadas en el conocimiento del contexto por parte del colectivo
docente para la elaboración de un currículo que, a su vez, forme y fomente en el aula la
creatividad, la cooperación, la innovación, las habilidades comunicativas, la toma de
decisiones, la toma y manejo de riesgos, la capacidad de gestión empresarial, la visión
estratégica.
Este objetivo implica además la aplicación de la ciencia, desde la bioética, sobre todo para
conocer las posibilidades y oportunidades que ofrece el entorno para producir un negocio,
atendiendo a las necesidades de clientes y a sus verdaderas percepciones y preferencias.
Referencias bibliográficas
Albano, S. (2014). Competencias emprendedoras en la universidad a través de la acción:
aprender a emprender. Revista de la Escuela de Ciencias de la Educación, año 10, número
9, enero a diciembre de 2014: 97-116.
Calvo, J.A. (2017). Qué es neuromarketing y cómo aplicarlo a una Pyme. Diario El País.
Recuperado de:
https://cincodias.elpais/2014/11/14/guias_pyme/1415961640_199869.html
Carlsson, B. B., Braunerhjelm, P., McKelvey, M., Olofsson, C., Persson, L. & Ylinenpää, H.
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investigación sobre emprendimiento. Small Bussiness Economy, 41: 913-930.
Dambra, L. y Luchi, R. (2005). Liderando la innovación & la creatividad. Buenos Aires: Temas.
Delors, J. (1996). “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro.
Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI,
Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.
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Sopó, G. R., Salazar, M. B., Guzmán, E. A. y Vera, L. G. (2017). Liderazgo como competencia
emprendedora. Revista Espacios, Vol. 38 No.24.
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