A partir de estos indicadores, se estableció el siguiente análisis:
Como primer punto, se destaca el papel que cumplen los educadores respecto a la
formación de sus estudiantes. Con “formación” no se hace referencia al hecho de
únicamente bombardearlos del contenido explícito de cada asignatura, porque eso
sería “instrucción” y son conceptos totalmente opuestos. La auténtica formación
requiere, además, de impulsar la práctica de valores e incrementar la convivencia
armónica entre los distintos actores del escenario educativo, al ser el “educar para
la vida” uno de los principios fundamentales de la Pedagogía.
La educación debe tener un alcance multidimensional, ya que hoy en día “tiene
como misión esencial la formación de profesionales altamente capacitados que
actúen como ciudadanos responsables, competentes y comprometidos con el
desarrollo social” (Rodríguez Vite, 2019).
Al implementarse una disciplina de carácter naval dentro de la institución educativa,
se pudo apreciar que los estudiantes guardaron compostura y respeto desde inicio
al fin de la clase. Ellos fueron muy ordenados durante la ejecución de la misma y
prestaron considerable atención a los contenidos impartidos. Muy aparte de cuál
haya sido la asignatura, el docente pudo trabajar plenamente con ellos y reconocer
su esfuerzo por querer aprender un poco más, demostrando una adecuada
formación académica con plena práctica de hábitos de estudio.
Hay que tener en claro, además, que la razón de ser de la profesión docente siempre
va a ser el estudiante. Con el fin de asegurar su aprendizaje y aumentar su interés
por el estudio, será vital orientar la enseñanza en torno a sus capacidades
personales. Si bien es cierto que cada estudiante constituye un ente individual
dentro del espacio áulico, el docente debe darse cuenta de posibles falencias que
pueda tener en el desarrollo de las tareas asignadas y mostrarse como un
acompañante interactivo, haciendo especial énfasis en fomentar su participación en
dichas actividades.
Por ello, durante la visita a las clases, se pudo constatar que los docentes fueron
claros y concisos respecto a las temáticas de cada asignatura, enfocándose siempre
en que la información sea receptada por el estudiante de manera efectiva acorde a
los requerimientos de cada uno de ellos, pudiendo generar conclusiones que
aplicarán en su vida personal gracias a la reflexión.
Nuevamente mencionando la importancia de reconocer al estudiante como el
principal actor del escenario educativo, tener conocimiento de su personalidad será
un punto clave para encontrar la manera más adecuada de hacer que recepte de
una mejor manera los contenidos impartidos. Está demostrado que al tratarse
durante la clase ciertos temas de interés e impacto social, se puede lograr captar
su atención e incluso fomentar su pensamiento crítico, alejándose del esquema
tradicional donde se aprecian clases demasiado planas; no obstante, se debe
mantener la temática base con la cual se han planificado los contenidos. En lo que
respecta a las clases observadas, quedó claro que los docentes supieron de qué
manera el estudiante puede responder a ciertas preguntas sin temor a equivocarse,
partiendo desde una perspectiva constructivista donde el estudiante pudo
complementar su conocimiento previo con el recientemente adquirido.
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Balón, Figueroa. Importancia de reconocer y fomentar el objeto de estudio de la pedagogía como parte de la praxis
dentro del contexto educativo de bachillerato
&
Revista Ciencia & Tecnología
ISSN impreso: 1390 - 6321
ISSN online: 2661 - 6734
No. 23, 31 de julio de 2019