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Demósthene, Campo. Educación y entorno familiar de las personas
con trastorno del espectro de autismo ante la COVID-19.
Introducción
La complejidad de las relaciones entre educación y sociedad, la marcada necesidad
de comprender lo educativo desde la globalidad social, así como las alternativas de
atención educativa a lo diverso desde lo común y viceversa, han aportado
interrogantes y respuestas en tanto cruciales temáticas para debate científico en el
ámbito de la actual situación que vive el mundo a causa de la pandemia. Muchos
investigadores escriben sobre el impacto del aislamiento por COVID 19 en las familias
de las personas con TEA por la singularidad de esta condición.
La revisión de textos científicos impera, en investigación documental, y se hallan
abundantes estrategias de peso. José Ramón Alonso (2020) refiere lo ocurrido en
estas personas tras el rompimiento de rutinas. Declara lo positivo de la teleterapia,
las dificultades que pudieran tener para utilizar mascarillas. Algo significativo del
escrito es lo relacionado con la salud pública para una mejor atención a esta población
y el papel de la familia y los cuidadores (Arostegui, Darretxe y Beloki, 2013).
Juan Pedro Ronconi y Delfina Vernet Ayerza (2020) analizan los impactos en las
personas con esta condición. Ofrecen orientaciones claras y precisas para poder llevar
este periodo lo mejor posible. Hacen un análisis de las medidas adoptadas por
Colombia, Uruguay, Chile, Perú, Reino Unido, entre otros, para esta etapa. Reshma
Naidoo (2020) expone consejos prácticos a las familias de cómo afrontar el cambio y
la incertidumbre, el aprendizaje en el hogar, entre otras. Es significativo destacar que
todos refieren de una u otra forma la complejidad de la situación que se vive, y el
impacto que tiene en las personas con TEA.
Desarrollo
En la última década las investigaciones relacionadas en el contexto pedagógico
cubano (Demósthene, 2011; Campo, I. 2012; Campo, I. y Demósthene, 2019)
plantean nuevas concepciones conceptuales y metodológicas que han influido
significativamente en la forma de organizar y planificar la respuesta educativa a los
educandos con diferentes expresiones en el desarrollo. Se defiende la idea de
progresar desde un modelo centrado en el déficit, caracterizado por el
establecimiento de categorías y etiquetas (Del Rincón, 2020), a la atención a la
diversidad centrada en las particularidades de cada sujeto y especialmente en sus
fortalezas y potencialidades, fortaleciendo la labor coordinada con la familia.
Desde las investigaciones de las Ciencias pedagógicas en Cuba se ha demostrado que
los niños con TEA pueden reconocer a sus familiares, manifestar alegría y amor hacia
las personas que les transmiten seguridad y confianza, lo que favorece la
estimulación del desarrollo de capacidades y habilidades sociales, comunicativas,
comportamentales y cognitivas, a partir de sus preferencias e intereses. Los niños
con autismo necesitan acciones educativas dirigidas a los entornos y a ellos, de
carácter permanente a lo largo de la vida, en correspondencia con sus peculiaridades.
En los postulados de enfoque histórico-cultural que sustentan acciones educativas en
personas con TEA (Ramírez, Reyes & Narzisi, 2020), se ve la concatenación de los
criterios biológicos y sociales sobre el origen de las alteraciones y su carácter social,
a partir del reconocimiento de la relación dialéctica entre la actividad mental y la
actividad práctica, que según Vygotski, L. , el desarrollo integral de las funciones
psíquicas superiores, “no surgen como resultado único de la maduración de
estructuras cerebrales, sino que se forman durante la vida como el resultado del
aprendizaje, la educación y la adquisición de la experiencia de la humanidad”.
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Revista Ciencia & Tecnología
No. 27, 31 de julio de 2020
ISSN impreso: 1390 - 6321
ISSN online: 2661 - 6734