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Companioni. La actividad agrícola en la secundaria básica cubana:
análisis teórico
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En la actividad laboral, el hombre, humaniza la naturaleza creando objetos que
satisfacen sus necesidades y al mismo tiempo, materializa sus propios proyectos
ideales, engendrados por las necesidades prácticas de su ser esencial. Luego, la
actividad práctica deviene punto de partida en esta relación; mientras, la cognoscitiva
y valorativa, constituyen desprendimientos de aquella y sus resultados (conocimientos
y valores).
La actividad cognoscitiva es una forma especial de la actividad espiritual del hombre
condicionada por la práctica, donde se refleja la realidad y esta se reproduce en forma
de conocimiento expresada en principios, leyes, categorías, hipótesis, teorías etc. El
conocimiento media toda la actividad humana, incluyendo su fundamento sustancial:
la práctica. “El conocimiento, es el reflejo de la naturaleza por el hombre. Pero no es
un reflejo simple, inmediato, completo, sino el proceso de una serie de abstracciones,
la formación y el desarrollo de conceptos, leyes, etc. Y estos conceptos, leyes etc.,
abarcan condicional, aproximadamente, el carácter universal, regido por leyes, de la
naturaleza en eterno desarrollo y movimiento” (pág. 176).
En tanto, la actividad valorativa o axiológica es el modo en que existen las necesidades
e intereses del hombre, la actividad valorativa, engendrada en la práctica social y
alumbrada por el conocimiento, sirve de vínculo a la relación conocimiento-práctica, el
hombre evalúa la realidad en función de sus necesidades y en la actividad práctica
transformadora elabora fines para su satisfacción. En su obra “El Capital.” Carlos Marx
planteó cómo “la propia posibilidad de satisfacer una necesidad se genera en la relación
práctico valorativa y se realza en ella, pues en la actividad transformadora el hombre
asimila bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la naturaleza le
brinda” (p. 139). Por supuesto esto se cumple en todo tipo de actividad y de hecho en
la actividad agrícola.
La actividad agrícola, como forma específica de trabajo, posee una dimensión cognitiva
que puede considerarse básica. A través de ella se manifiesta la interacción dialéctica
del hombre con la naturaleza y el resultado que de él se espera, además de obtener,
determinado conocimiento del objeto en transformación: Durante este proceso, se
ejecutan diversas acciones que no se dan de forma aislada sino en sistema y que
constituyen la esencia de un proceso transformador de base científica, por tanto, se
deben precisar los conocimientos elementales (especializados) para poder desarrollar
la actividad agrícola.
Por lo general, el conocimiento asociado a este tipo de actividad cursa siempre desde
la empíria
! Muchos obreros, campesinos, trabajadores de la agricultura aprenden su
oficio por trasmisión de la experiencia acumulada de generación en generación), pero
en la actualidad existe un desarrollo tecnológico y científico que le sirve de base para
la aplicación extensiva de esta actividad y para el perfeccionamiento del proceso y los
resultados. Si bien es cierto que el conocimiento se funda y está determinado por ella,
esta resulta estéril al margen del conocimiento. Se entiende, entonces, que la
dimensión cognitiva de la actividad agrícola descansa en la relación entre conocimiento
y práctica, ellas están estrechamente vinculadas y se interpenetran recíprocamente.
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Revista Ciencia & Tecnología
No. 25, 31 de enero de 2020
ISSN impreso: 1390 - 6321
ISSN online: 2661 - 6734
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