Montalvo-Romero, Montero Rosales, Merino-Flores, Tavares-López. Potencialidad de la agricultura traspatio
de precisión como estrategia táctica en la reactivación: mujeres mexicanas
Palabras clave: Agricultura traspatio, mujeres campesinas, reactivación
socioeconómica, post COVID-19, seguridad alimentaria.
ABSTRACT
The United Nations has projected that the devastating impact on socio-
economic development resulting from the COVID-19 pandemic will have a long-
term effect. In Latin America and the Caribbean (ALyC), according to the
Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC), the
region's economy will grow by 5.2% in 2021. ECLAC mentions that by 2022 it
will only reach 2.9%, thereby increasing extreme poverty —a determining
factor in the increase in hunger—. In this article, it is presented how backyard
agriculture allows to supply food for self-consumption in Mexican families,
allowing the surplus —yes, it exists—, to be commercialized; allowing to
generate an economic income to the family. The scope of the study is
exploratory on the habits of the families of the Bajío; the study carried out
shows that it is women who promote the cultivation of vegetables and fruit
trees, to obtain healthy and fresh food; and in this sense, pay to guarantee
food security. From the above, it follows that precision backyard agriculture
promoted by Mexican women is a viable tactical strategy, which contributes to
the socioeconomic reactivation in post-COVID-19 times.
Keywords: Backyard agriculture, peasant women, socioeconomic reactivation,
post COVID-19, food security.
Introducción
La emergencia sanitaria originada por la pandemia del COVID-19, generó un
desequilibrio en diversas cadenas de valor, dada la interrupción y la reducción
de su sinergia; e.g., algunas empresas manufactureras del acero pararon su
producción afectando a la industria de la construcción, la automotriz, entre
otras. Esta irrupción ocasionó que las cadenas de valor se desincronizaran —
en algunos, dichas cadenas se fracturaron—.
El Banco Mundial, establece que el impacto de la pandemia a nivel mundial, en
el empleo no ha tenido precedente; son los gobiernos, quienes están
desarrollando y adoptando medidas para mitigar el impacto negativo de la
crisis de la salud en las empresas y las personas, y así reactivar lo más pronto
la economía (World Bank, 2021). La emergencia sanitaria derivada del COVID-
19, ha ocasionado una reducción en el bienestar alrededor del mundo —mayor
mortalidad y mayor pobreza—; se estima que a causa del COVID-19 se perdió
casi 20 millones de años de vida esto para el 2020, y que, durante el mismo
período se pasaron más de 120 millones de años adicionales en la pobreza;
por lo que, la carga de pobreza de la pandemia, en relación con la carga de
mortalidad, es mucho mayor para los países pobres (Ferreira et al., 2021). Las
consecuencias económicas de la crisis ya están alcanzando niveles catastróficos
(United Nations, 2020).
Según (United Nations Development Programme, 2021), la pandemia de
COVID-19 es mucho más que una crisis de salud, se está afectando a
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sociedades y economías en su núcleo; ahora bien, si bien es cierto que el
impacto de la pandemia varia de un país a otro, es altamente probable que
aumente la pobreza y las desigualdades a escala mundial; por lo que, el logro
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sea aún más urgente. En
México, la pandemia pone en mayor vulnerabilidad a las mujeres y niñas;
existen datos que indican que son las mujeres las principales responsables de
obtener y cocinar alimentos para la familia (Sulmont et al., 2020).
En este orden de ideas, la cadena agroalimentaria también se vio afectada por
los efectos de la pandemia. La producción industrial de alimentos se ha visto
afectada. Por lo que, la hambruna durante y posterior al COVID-19 podría
convertirse en la próxima pandemia que enfrenten las sociedades (Enríquez &
Sáenz, 2021). Es en el sector agroalimentario, en donde, los inéditos problemas
han dado lugar a inéditos desafíos; en América Latina y el Caribe (ALyC), no
se ha detenido la producción de alimentos —los alimentos son esenciales—
(CEPAL & FAO, 2020). Históricamente, en periodos de recuperación económica —
como la actual—, los hogares han complementado la dieta familiar mediante el
huerto traspatio (Burgin, 2018). Ghosh (2021), establece que, a través de los
huertos familiares se genera resiliencia, se mejora la salud y la seguridad
alimentaria, al mismo tiempo en que se obtienen beneficios ecológicos y
ambientales, conectando a las personas con la naturaleza. Entonces, el huerto
traspatio expresado como agricultura urbana mejora la resiliencia, la
sostenibilidad y la multifuncionalidad (Langemeyer et al., 2021).
Es la agricultura familiar o agricultura traspatio, una estrategia que han
adoptado las familias durante la emergencia sanitaria para así cultivar y
cosechar su propio alimento, y en todo caso comercializar el excedente —si
existe—. Entonces, la agricultura urbana de baja tecnología puede contribuir
en gran medida a la autosuficiencia (Hume et al., 2021). La importancia de la
agricultura familiar en ALyC está fuera de toda duda, esta representa cerca del
81% de las explotaciones agrícolas y genera un 50% del empleo del sector
agropecuario en la región (CEPAL & FAO, 2020).
La agricultura traspatio, ha sido implementada de forma eficiente. En (Nadal
et al., 2018), se desarrollan actividades de agricultura urbana para mejorar las
dietas, aumentar las áreas verdes, apoyar las economías locales y reducir las
emisiones de CO2; en Oakland, California los terrenos baldíos son empleados
para la producción y el consumo de hortalizas urbanas (McClintock et al.,
2013); en (Amiri et al., 2021), se evalúa como los huertos escolares son una
herramienta educativa eficaz en lugar de una mera herramienta para promover
la actitud, el conocimiento y la experiencia ambiental; Vannozzi Brito y Borelli (2020),
muestran el potencial de los bosques urbanos para mejorar la seguridad
alimentaria; en (Djokić et al., 2018; He & Zhu, 2018), los huertos comunitarios
informales han brindado a los productores la oportunidad de ahorrar gastos y
proveer de alimentos saludables, mejorando la calidad de vida; en Australia,
la agricultura urbana tiene el potencial de mitigar los efectos de los extremos
del cambio climático, al mismo tiempo, en que se proporciona múltiples
beneficios como mejorar el bienestar, las conexiones entre la gente y la
naturaleza, y la seguridad alimentaria (Langemeyer et al., 2021); en (Santos
et al., 2018), el desarrollo rural en el estado brasileño de Minas Gerais se
alcanza mediante la agricultura familiar; según Mărunţelu (2020), esta práctica
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