El criterio predominante en la sociedad del conocimiento es que a partir de la
posibilidad de conexión a Internet, las personas pueden acceder y consultar la
multiplicidad de fuentes existentes. Esta denominación no sería la correcta
teniendo en cuenta que muchas personas no tienen acceso a las fuentes más
importantes de divulgación del conocimiento científico. Se añade al criterio
anterior que el desarrollo tecnológico no es homogéneo y que es a menudo
costoso. Las transformaciones tecnológicas han traído un cambio positivo para la
socialización de investigaciones en una parte, pero por la otra ha aumentado
diferencias sociales relacionadas con el acceso a la información. Para el logro de
una verdadera sociedad del conocimiento, este debe democratizarse. A criterio de
Chavarro (2011): “el acceso a la ciencia y al conocimiento es un derecho de todas
las personas” (p. 92).
La comunidad científica internacional en la actualidad no se pronuncia por la
formulación de una política pública que democratice los medios de divulgación del
conocimiento. Lo anterior está dado en una parte en que la sociedad comercializa
con el conocimiento científico que se produce y por la otra debido a que la mayor
parte de los científicos forman parte del grupo que se enriquecen con el
conocimiento que generan. Es importante destacar que varios investigadores (en
su mayoría de origen latinoamericano), se pronuncian por el derecho humano a la
información y al conocimiento, tal es el caso de Anchondo, Tarango y Ascencio
(2014), Cervigni, Sguerzo, Alfonso, Pastore, Martino, Mazzoni y Vivas (2015). La
creación de una política pública en relación con el acceso libre al conocimiento
debe ser potenciada desde los sujetos que componen la comunidad científica. La
presión que cada investigador haga en relación con la publicación de sus
contenidos y la no aceptación de mediaciones monetarias en relación a su
conocimiento producido, es una determinante esencial para el logro de este fin.
Las políticas públicas sobre ciencia y técnica por lo general se realizan desde
ministerios e instituciones de carácter gubernamental en cada nación. Estas
políticas rigen la producción y divulgación de la ciencia, la tecnología y el
conocimiento. Establecen canales y medios en donde esta se puede socializar. Sin
embargo, existen determinantes externas a las nacionales que condicionan la
producción de conocimiento. Los congresos gremiales que se celebran a nivel
internacional son determinantes que condicionan las políticas particulares de cada
nación. El pronunciamiento de organizaciones no gubernamentales determina, por
ejemplo el estilo bibliográfico que debe regir el gremio, además de acuerdos sobre
el copyright3, creative commons4, acceso abierto y líneas para la investigación.
La participación de los destinatarios en la elaboración de estas políticas públicas
de ciencia, tecnología e innovación, por lo general se realizan en comisiones y
cuentan al menos con un representante por cada país. Favorablemente los últimos
pronunciamientos han promovido el acceso abierto como vía para la
democratización del conocimiento. Muchos países como Brasil han tomado la vía
del acceso abierto para la divulgación de sus resultados en materia de ciencia,
tecnología e innovación. Otras naciones han adoptado el Open Journal Systems
(OJS) para la socialización de las investigaciones. El OJS es una herramienta cuya
3 Derecho de copia (libre o gratuita), pero que no exime de respeto por la procedencia y derechos
morales de los autores de las obras, fundamentalmente en contra del plagio.
4 Creando en conjunto, permite a investigadores, profesionales, etc; tomar partes de obras –u obras
completas- (respetando el origen, procedencia y derechos morales de los autores) y poder aportar
individualmente sobre el contenido de la obra que se toma.
31 de enero de 2023