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Revista Científica Ciencia y Tecnología Vol 23 No 38 págs. 36-48
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turismo, por tanto, es necesario tener en cuenta este factor a la hora de la
planificación y gestión del destino turístico (Azpelicueta y otros, 2014, p. 63).
En este sentido es importante saber reconocer la oportunidad del legado que la
planificación de las actividades turísticas puede generar a largo plazo, no solamente
a nivel económico, sino también como herramienta de integración social, la
generación de capital social, y el fortalecimiento del sentido de pertenencia a la
comunidad; esto puede ser conseguido en aquellas comunidades turísticas que
confían en mostrar su identidad y tradiciones a través de los eventos que acogen.
González & Morales (2017, p. 358) afirman que una pregunta de investigación futura
es, analizar en un contexto de incesante proceso de transformación cultural, hasta
qué punto los eventos turísticos actuales incorporarán la tradición y cultura local en
el imaginario colectivo y hasta qué punto las narrativas de este tipo de eventos los
convertirán en los futuros eventos tradicionales de los destinos donde tienen lugar
actualmente.
Esto se refleja en las actitudes generales en relación al turismo y los turistas, que se
mostraron ligeramente positivas, pero peligrosamente próximas a la media; este
factor puede ocasionar consecuencias negativas futuras como hostilidad o una menor
hospitalidad por parte de la población, además de los agravantes en lo que respecta
a los impactos culturales y la imagen del destino; en este sentido, las políticas
públicas deben ser desarrolladas para evitar que se revierta la actitud positiva hacia
una actitud negativa.
Otro punto a ser considerado es la estrategia adoptada por los planes de desarrollo
turístico locales que buscaron disminuir la participación del turismo de segunda
residencia (veraneo) en favor del crecimiento del segmento de turismo de negocios
y la organización de eventos (Rodrigues y otros, 2015, p. 130).
Orgaz & Cañero (2016, p. 136) recalcan que en los últimos años han aparecido
nuevas formas de turismo más sostenibles, donde existen elementos relacionados
con el descanso, el disfrute y la protección del medio ambiente o el conocimiento de
la cultura local, a través de políticas que favorecen el desarrollo sostenible, debido
sobre todo a que la sociedad está cada día más concienciada sobre los impactos
negativos hacia la naturaleza, tanto por motivos económicos como sociales,
repercutiendo esto en la calidad de vida de los residentes.
Un turismo enfocado al desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente
reclama que la actividad de senderismo participe como un elemento más en la imagen
de calidad de oferta turística de un territorio, convirtiéndose también en una
herramienta de educación ambiental que permita dar a conocer la naturaleza y así
protegerla de una manera más eficiente (Tudela & Giménez, 2019, p. 148).
En este sentido, las comunidades deben contar con asistencia técnica para crear
centros de gestión cultural, independientes del turismo, que regulen el uso de los
recursos culturales y establezcan indicadores para monitorear permanentemente
posibles impactos irreversibles. De esta manera el entorno académico contribuirá con
investigación aplicada para que, en un marco de libertad de decisión, sean las
comunidades las que decidan sobre la forma de ejecución de las diferentes
actividades turísticas, que se podrían ofertar a aquellos visitantes que están
interesados en profundizar su conocimiento sobre la vida comunitaria (Cabanilla,
2015, p. 372).
Por último, en las últimas décadas el turismo se ha constituido en una de las
actividades económicas que ha generado mayores expectativas, tanto a nivel de los
gobiernos como de la población; sistemas económicos de diferentes latitudes y países
en diversos niveles de desarrollo ponen especial énfasis en el desarrollo del turismo,
por ello se conoce que el turismo se desarrolla principalmente en escenarios naturales